Serotonina

la serotonina es una sustancia que en la sangre se comporta como una hormona y que en el cerebro actúa como neurotransmisor. Es decir, que la serotonina es una de las unidades de comuiación que las neuronas captan y emiten para influir unas en otras, creando dinámicas de activación cerebral y efectos en cadena.

 Así, la serotonina favorece el cruce de información entre las neuronas y que, más allá del encéfalo, sirve a propósitos muy distintos. De hecho, las mayores concentraciones de serotonina no están en el cerebro sino en el tracto gastrointestinal.

Es en los intestinos donde cobra importancia una de las funciones más relevantes de la serotonina: la regulación de la digestión. Niveles demasiado altos de serotonina están ligados a la aparición de diarreas, mientras que un déficit excesivo de esta sustancia puede ocasionar estreñimiento. Además, también influye sobre la aparición (o ausencia) del apetito.

Controla el nivel de temperatura corporal

Entre las funciones de mantenimiento básico de la integridad de nuestro cuerpo que asociamos a la serotonina se encuentra también la regulación térmica. Este es un equilibrio muy delicado, porque una diferencia de unos pocos grados de temperatura corporal puede suponer la muerte masiva de grandes grupos de tejidos celulares.

Las neuronas, por ejemplo, son especialmente sensibles en este aspecto.

La serotonina sirve también para estabilizar el estado emocional del ser humano ante situaciones de tensión. Concretamente, sirve para inhibir la agresividad y las conductas violentas que pueden derivarse de ella. Así pues, las personas más impulsivas y violentas tienden a tener menos niveles de serotonina actuando sobre puntos clave del cerebro que aquellas que son más pacíficas.

Además, esta sustancia se lleva especialmente mal con la testosterona, una hormona que, al actuar sobre las neuronas haciendo que sean más insensibles a la serotonina, potencia el comportamiento agresivo.

A lo largo del día, los niveles de serotonina suben y bajan describiendo las curvas que marca el ritmo circadiano, que es el horario que sigue nuestro cuerpo para saber cuándo toca dormir y cuándo no, y que por tanto regula nuestro sueño y nuestra vigilia. Así, los niveles de 5-HT tienden a llegar a su máximo en los momentos más soleados del día, mientras que durante el sueño profundo bajan a su mínimo.

De este modo la producción de serotonina influye regulando nuestra capacidad para dormir, favoreciendo o dificultando la conciliación del sueño. Ocurre algo parecido con otra sustancia llamada melatonina.

Ásanas:

  • Adho Mukha
  • Vrkasana
  • Balasana
  • Halasana
  • Sarvangasana
  • Uttanasana